Pepsi malo; Cocacola bueno.

Me encanta cómo desde la revista Alba intentan hacernos llegar el mensaje de "Cocacola bueno; Pepsi malo". Lo que no saben los ultra-católicos es que la familia de la imagen de Cocacola es un tanto peculiar... La abuela está intentando recuperar a su padre, arrojado a una cuneta tras la Guerra Civil, gracias a la Ley de Memoria Histórica. La pareja que tiene a su izquierda, hija y hierno, se casaron por lo civil y adoptaron a un niño cubano; les gustó tanto el país que ahora viven ahí. La chica morena que está debajo fue madre de alquieler. En la esquina superior izquierda, hay una pareja formada por un señor que bien podría ser el marido de la abuela; pero no, es el marido de su nieta. En la misma línea, pegados a la derecha, hay un chico joven que está casado con el hombretón de barba; viven felices y han dado el paso de adoptar a la niña rubia de las coletas. La pareja que está más arriba, está formada por el hijo de la abuela y su mujer; tras varios abortos por malformaciones en el feto, parece que ahora el embarazo sí va por buen camino. Por último, la chica de la esquina inferior derecha, tiene que sacar a su hijo adelante sin ayuda de su marido, que se encuentra en prisión gracias a las nuevas vías de la justicia que permiten luchar con más contundencia contra el maltrato a la mujer.

A pesar de apoyar una ley socialista, de vivir lejos, de haber cometido errores el pasado, de la diferencia de edad. A pesar de haber una pareja gay, de que a una mujer no se la criminalice por tener que abortar, de que la sociedad haya progresado... a pesar de esto, las personas que salen en la foto de Cocacola siguen siendo una familia; se quieren, están unidos y son felices.

Por cierto, la foto está tomada en Viernes Santo. Es vigilia, pero van a comer pollo.