Ha vuelto a ocurrir. En Uruñuela estamos ya cansados de contemplar las sucesivas faltas de civismo. Incluso hay veces que esta falta de educación por lo ajeno sobrepasa los límites de lo material (por ejemplo cuando se destroza mobiliario urbano) y se arremete contra lo animal. Las imágenes que muestro a continuación son bastante duras, pero ahí están, a la vista de todos en un espacio público de mi pueblo, en concreto en el campo de fútbol.
Hay gente que llega a matar y después a reírse de la víctima. En esta ocasión ha sido un gato. Aún así tendremos que aguantar que digan que ha sido una chiquillada.
En fin, espero que estas faltas de civismo no vuelvan a repetirse... y que el Ayuntamiento quite al gato antes de que algún chiquillo lo vea.
Lo que nos queda por aprender madre...
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